viernes, 31 de julio de 2009

Oda a su ronroneo.



Tal día como hoy, hace algunos años,
nació en el armario de mi vieja habitación, una gatita a la que mi hermana se empeño en llamar Sara.
Digo hace algunos años, porque hace tiempo ya que perdimos la cuenta de cuantos cumpleaños había celebrado con nosotros.
Sabíamos que Sara era ya muy vieja, para los cánones humanos y también para los gatunos.
Hoy es su primer aniversario, que no puede celebrar con nosotros.
La verdad es que a ella el hecho de cumplir años, le traía mas bien sin cuidado.No le suponía mas que trastornos ya que ese día recibía una "ración" extra de apretones y caricias, que no hacían si no restarle algunos minutos de sueño.Eso si, siempre caía alguna pequeña delicatessen con la que recompensar su compañía un año mas.

Su salvaje corazoncito se rindió el pasado enero, a veces creo que esperó hasta que yo regresase a casa, ya que he estado dos años viviendo fuera de Benidorm, y ella decidió marcharse cuando apenas llevaba yo 20 días en casa otra vez.
se que es humanizar otra vez sus sentimientos, pero los seres humanos somos tan obtusos, que solo podemos percibir la realidad, dando por hecho que el mundo y todo lo que contiene se mueve según nuestros parámetros.
Sea como fuere, mi felina musa y yo, tuvimos una relación muy especial, o así al menos me gusta sentirlo a mi. Estuvo ahí, mas de la mitad de mi vida, como antes que ella estuvo su madre, una preciosa siamesa con los ojos azul turquesa mas profundos que pudo concebir la nauraleza.
Fue testigo mudo de mi primer amor, y mi primer desamor, estudios, trabajo, mil visicitudes al fin y al cabo, por las que ella me preguntaba con su inquisitiva y verde mirada.
No pretende esto, ser una larga y triste disertación sobre la perdida y el dolor, si no mas bien un pequeño y humilde homenaje a la que fue una compañera en el sentido mas profundo y amplio de la palabra, un reconocimiento a una criatura de una belleza tal, que arrancó de mi, y de mis torpes palabras algunos de los que yo considero (muy humildemente) algunos de mis poemas mas bellos. Siendo el merito, total y absolutamente suyo.
Hoy no esta aquí tirada en su sillón amarillo, casi convertido en trono de su pequeño reino del salón. Hoy "no me exige caricias con mirada ausente". Hoy forma parte de esas sensaciones agridulces que llamamos recuerdos y que nos arrancan risas y lágrimas a un tiempo.
Hoy no esta aquí, porque una eterna noche de enero, vi como se apagaba literalmente en mi regazo, vencida por esa enfermedad crónica que llamamos vida. Me gustaría decir que abandono este mundo con su inconfundible mirada de orgullo y seguridad sabiéndose parte de un poema en movimiento. Pero mentiría, no murió en paz, no se durmió lentamente hasta trascender a otro estado. Ninguna criatura merece sufrir tanto, sobre todo, después de habernos acompañado e iluminado nuestra soledad con su silenciosa presencia.
Ya no importa, ahora esta tan lejos que el sufrimiento no puede alcanzarla, y seguro que ni siquiera las lágrimas que en este preciso momento corren por mis mejillas suponen nada para ella.
Solo queda agradecerle tantos años de cariño incondicional, tan incondicional como es el "amor" de estas independientes criaturas.Tantos juegos que alegraron mi corazón y el de mi familia, y el simple hecho de estar siempre allí como co-protagonista de tantos y tantos recuerdos felices.
Me gustaría poder hacer honor a su recuerdo, pero las palabras se me atragantan y me forman una dolorosa bola en la garganta.
Dicen que no morimos del todo mientras alguien nos recuerde, tu no morirás mientras viva.
Para ti Sarita, esta "Oda al gato", de Pablo Neruda.

Los animales fueron imperfectos,
largos de cola, tristes de cabeza.
Poco a poco se fueron componiendo,
haciéndose paisaje, adquiriendo lunares, gracia, vuelo.
El gato,sólo el gato apareció completo y orgulloso:
nació completamente terminado, camina solo y sabe lo que quiere.

El hombre quiere ser pescado y pájaro,
la serpiente quisiera tener alas,
el perro es un león desorientado,
el ingeniero quiere ser poeta,
la mosca estudia para golondrina,
el poeta trata de imitar la mosca,
pero el gato quiere ser sólo gato y todo gato es gato desde bigote a cola,
desde presentimiento a rata viva,
desde la noche hasta sus ojos de oro.

No hay unidad como él,
no tienen la luna ni la flor tal contextura:
es una sola cosa como el sol o el topacio,
y la elástica línea en su contorno firme y sutil es como la línea de la proa de una nave.
Sus ojos amarillos dejaron una sola ranura para echar las monedas de la noche.

Oh pequeño emperador sin orbe,
conquistador sin patria,
mínimo tigre de salón,
nupcial sultán del cielo de las tejas eróticas,
el viento del amor en la intemperie reclamas cuando pasas y posas cuatro pies delicados en el suelo, oliendo,
desconfiandode todo lo terrestre,
porque todoes inmundo para el inmaculado pie del gato.

Oh fiera independiente de la casa,
arrogante vestigio de la noche, perezoso,
gimnástico y ajeno,
profundísimo gato, policía secreta de las habitaciones, insigniade un desaparecido terciopelo,
seguramente no hay enigma en tu manera,
tal vez no eres misterio, todo el mundo te sabe y perteneces al habitante menos misterioso,
tal vez todos lo creen,
todos se creen dueños, propietarios, tíos de gatos, compañeros,
colegas, discípulos o amigos de su gato.
Yo no.
Yo no suscribo.
Yo no conozco al gato.
Todo lo sé, la vida y su archipiélago,
el mar y la ciudad incalculable, la botánica, el gineceo con sus extravíos,
el por y el menos de la matemática,
los embudos volcánicos del mundo,
la cáscara irreal del cocodrilo, la bondad ignorada del bombero,
el atavismo azul del sacerdote,
pero no puedo descifrar un gato.
Mi razón resbaló en su indiferencia,
sus ojos tienen números de oro.



1 comentario:

Anónimo dijo...

Precioso...compañero.

Silvia