lunes, 13 de julio de 2009

Mi vida como Hurón.


Durante toda mi vida he sido un amante de los animales en general y de los gatos en particular,como así atestiguan mis muchos poemas dedicados a estas preciosas criaturas. Durante mas de 15 años, compartí mi vida con una gata, que fue mi amiga y confidente,compañera de juegos y fuente inagotable de inspiración.Tiempo atrás también vivió en mi casa, su madre.Que con su mirada azul turquesa,fría e impasible vigilo de cerca todos mis juegos infantiles.Sara y Giovanita,si existe un lugar mejor que este,(que sin duda existe,aunque sea simplemente la nada), seguro que estáis allí,"retozando para siempre en el cálido regazo de Bast".
Dejando a un lado, a mis "compañeras ausentes",y para no desviarme mucho de la cuestión principal,(como ya viene siendo típico en mi).Diré, que no hace muchos años, mi maltrecho corazón, le hizo sitio a otro animalito, que enseguida se gano mi mas sincero afecto.
No sabría decir muy bien como llego "Elric" a mi vida, pero tras unos primeros días de análisis mutuo, y tras algún que otro incidente, aquel pequeño hurón se convirtió en el dueño de nuestra casa y del trocito de corazón que me quedaba intacto.
Del tipo conocido como "panda", aquel pícaro, con su antifaz de ladronzuelo y todo, se empeñaba en llevarse a su guarida cualquier cosa que él considerase que debía ser guardada, es decir casi cualquier objeto que cayese delante de su hocico. Digna de mención era su colección de tapones de corcho de "Lambrusco". Elric los almacenaba detrás de un mueble del salón, y suponemos que pasaba grandes periodos de tiempo admirando sus adquisiciones, o quizás catalogandolas, ¿quien sabe?.
Un argumento muchas veces esgrimido por la gente que no quiere tener animales en casa, es aquel que dice, que es muy triste verlos morir. Que cierto es. El corazoncito de Elric, se apago un 24 de diciembre, y torno gélido, aquel suave invierno. Ahora descansa en un lugar desde el que se contempla todo Toledo, "cual anónimo mausoleo de reyes".
Algún tiempo después, y tras insistir mucho a mi compañera, dos nuevos bribones llegaron para acabar para siempre con la escasa paz de nuestro hogar, y de paso con los momentos de aburrimiento.
En el absurdo afán, que tenemos las personas a poner nombre a todo, me rebane los sesos durante algunos días para decidir como íbamos a llamar a aquellos dos diablillos de ojos inocentes.
Surgieron muchas ideas: Alan y Moore, Stan y Lee, Seth y Horus,(si, lo sé, soy un friki), y finalmente llegue a la decisión de homenajear a dos personajes de comic. "Logan", alias de James Howlet/wolverine de los X-men, y "V", protagonista de "V de Vendetta", una de las muchas obras maestras de Alan Moore.
Que poco tardamos en descubrir, que la tranquilidad se había marchado de nuestro hogar para no volver.
Ella, "V", con su marcadisima personalidad de ratita, dominante, envidiosa y calculadora.Aunque tierna y sorprendente. Con su manto blanco inmaculado y unos ojillos que te miran fijamente, preguntándose quien eres.
El , "Logan", la candidez y la curiosidad encarnadas.Manteniéndose siempre en el anonimato con su negra mascara de mapache.
Siempre he pensado que están enamorados en secreto,(otra vez la manía de "humanizarlo" todo), V se esfuerza en mantener el ritmo de juego de su compañero, mucho mas aventurero y temerario que ella.Y lo sigue sin descanso allí donde le llevan sus incursiones lejos de su jaula.
Y el, la ignora y se despreocupa, haciéndose el duro. Y solo buscándola, cuando el mismo juguete les llama la atención, generalmente una bolsa de plástico.Pero al terminar la jornada, siempre retornan juntos a su hamaca, para pasar abrazados una noche mas.
Ahora mismo mientras escribo, trepa Logan por la silla, como para querer corregir mis palabras, ya que al fin y al cabo estoy hablando de ellos.
Creo que en el fondo todos somos un poco hurones.Queremos un poco de pienso en nuestro comedero.Agua limpia que beber.Llevar a nuestro escondrijo todo aquello que nos gusta, y darnos un "garbeo", fuera de la jaula cuando los poderes "fácticos" nos dejan o miran para otro lado.
Porque no hay que olvidar, que una jaula, siempre es una jaula, por muy grande que sea...

1 comentario:

Anónimo dijo...

Buena redación sobre mis tres amores, compañero...Como hecho de menos el observar su comportamiento y el descubrimiento de una nueva actuación entre ellos o con el entorno, sus fijaciones...y un sin fin de momentos más, cuyas vivencias siempre me hacen brotar una sonrisa.

Ahh!! la llegada de Elric a nuestras vidas, fue el regalo de mi primer cumpleaños en tierra levantina...

Silvia